Hace unos días, veía la película "El día en que la tierra se detuvo", no la versión original, sino la más reciente donde Keanu Reeves interpreta al alienigena Klatuu, que viene a nuestro planeta con la intención de destruir a la raza humana por ser esta la causa del proceso de destrucción del mundo. En ella hay una escena donde el alien está conversando con un científico, este le pregunta sobre la manera en que su raza evolucionó, a lo que le contestó, fue en una crisis, nuestro sol se extinguió y tuvimos que evolucionar para sobrevivir.
En nuestra realidad muchas naciones están pasando por una grave crisis económica, con fuertes repercusiones en el área social y política, muchas personas consideran que será un período difícil, donde quien se recupere primero tendrá una ventaja sobre los demás. De este modo, muchos gobernantes lejos de centrarse en desarrollar sus puntos fuertes, buscan explotar los puntos débiles de los otros, para así hacerse con el poder.
Pero como no me interesa la política, voy a comentar lo que vivimos en nuestro día a día. Uno de los principales problemas que se enfrentan es el abastecimiento de alimentos, acostumbrados a consumir alimentos procesados, elaborados con materia prima importada, hoy en día escasos por diferentes razones. No vemos lo que de manera natural se produce en nuestros propios países, por ejemplo, se hacen filas en supermercados para comprar alimentos procesados como harina, comida deshidratadas, bebidas gaseosas, etc, pero las ventas de hortalizas, verduras y frutas permanecen solas o con poca gente. Cualquier aumento en el precio de este último rubro, de paso más sano, es fuertemente cuestionado, mientras que se paga hasta diez veces el costo de cualquier alimento procesado.
Pienso que esta crisis es una oportunidad, de comenzar a comer sano, de eliminar alimentos tóxicos que hacen más daño que bien, en fin, de cambiar nuestro estilo de vida para mejorar. Lamentablemente muchos no vemos lo positivo dentro de lo aparentemente malo, porque somos seres de hábitos y costumbres, que una vez arraigadas nos cuesta dejar o cambiar. Queramos o no, esta crisis traerá cambios, nos guste o no, solo quien se adapte vivirá en paz sin que le afecte.