Gracias a las muestras tomadas y al recuento de cráteres realizado por la misión Apolo 15
en la década de 1970, el ser humano supo que la mayor parte de la
actividad volcánica presente en la Luna ocurrió aproximadamente hace 3.9
o 3.1 billones de años, apagándose un billón de años atrás. Pero
decenas de anomalías topográficas detectadas recientemente han revelado
que dicha actividad no se detuvo abruptamente cuando se creía, sino que
se redujo gradualmente en un proceso que podría continuar en nuestros
días.
El descubrimiento, publicado en la revista Nature Geoscience,
se basa en la observación de depósitos de roca que sugieren que los
volcanes estaban activos en el satélite hace unos 100 millones de años,
período que coincide con nuestro Cretáceo, cuando los dinosaurios aún vivían en la Tierra, haciendo mucho más caliente a la Luna de lo que se pensaba.
Estos depósitos de lava encontrados fueron captados por primera vez por la misión Apolo 15, en la zona del satélite conocida como Ina, la cual -según científicos de la época- se había formado producto de la actividad volcánica entre 3.5 mil millones a mil millones de años atrás.
Estos depósitos de lava encontrados fueron captados por primera vez por la misión Apolo 15, en la zona del satélite conocida como Ina, la cual -según científicos de la época- se había formado producto de la actividad volcánica entre 3.5 mil millones a mil millones de años atrás.
Los nuevos datos entregados por la sonda espacial de la NASA LRO
-Lunar Reconnaissance Orbiter- por medio de imágenes captadas en 2009
permitieron que investigadores de la Universidad Estatal de Arizona y
Westfälische Wilhelms-Universität Münster lograran identificar 70
depósitos en nuestro lado cercano de la Luna, los cuales nunca habían
sido vistos antes desde la Tierra por su tamaño pequeño.
La
amplia distribución de los depósitos sugiere así que la actividad
volcánica de la última etapa no fue una anomalía, que Ina puede tener
menos de 50 millones de años y que la actividad volcánica en otro
depósito llamado Sosígenes solo terminó hace unos 18 millones de años.
¿Qué quiere decir todo esto? En principio, "la gran historia es que la luna es más caliente de lo que pensábamos", afirmó Mark Robinson de la Universidad estatal de Arizona.
"La existencia y la edad de los depósitos encontrados nos indican que el manto lunar tuvo que permanecer lo suficientemente caliente como para proporcionar el magma presente en las pequeñas erupciones que crearon estas características inusualmente jóvenes" explicó por su parte Sarah Braden, también de ASU, en un comunicado de la NASA.
El punto es que hay quienes se preguntan si con flujos de lava tan jóvenes las erupciones podrían ocurrir de nuevo. Esto es algo que, al parecer, no queda del todo descartado.
Fuente: Discovery en español
www.enespanol.tudiscovery.com
¿Qué quiere decir todo esto? En principio, "la gran historia es que la luna es más caliente de lo que pensábamos", afirmó Mark Robinson de la Universidad estatal de Arizona.
"La existencia y la edad de los depósitos encontrados nos indican que el manto lunar tuvo que permanecer lo suficientemente caliente como para proporcionar el magma presente en las pequeñas erupciones que crearon estas características inusualmente jóvenes" explicó por su parte Sarah Braden, también de ASU, en un comunicado de la NASA.
El punto es que hay quienes se preguntan si con flujos de lava tan jóvenes las erupciones podrían ocurrir de nuevo. Esto es algo que, al parecer, no queda del todo descartado.
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